Muíños do Folón e do Picón
Aprovechando el buen tiempo de la semana pasada y mis días libres, fui con mis padres a hacer la ruta de los Molinos de O Rosal, los molinos del Folón y del Picón.
Hacía unos años que quería ir y no encontraba el momento, solía recomendárselo a los visitantes cuando trabajaba en la oficina de turismo de Oia y yo todavía no había ido... Como era día entre semana no había nadie y mis perros disfrutaron correteando libremente, jugando con el agua, las piñas y los palos que había por el camino.
Para llegar a los molinos hay varias opciones: una de ellas por la A-52 dirección Tui, Portugal y tomando la salida de O Rosal. Continúas por el nuevo ramal hacia O Rosal y siguiendo los indicadores de los molinos. Otra opción similar es por la PO-552 de Tui a A Guarda, desviándose en la PO-3302 hasta O Rosal. Y por último, puedes ir por Baiona, carretera hacia A Guarda, cogiendo el desvío a mano izquierda hacia Sanxian. Es una carretera comarcal que va por los montes de Oia y O Rosal.
Una vez que llegamos nos encontramos con un paisaje único. Los molinos están declarados Bien de Interés Cultural. Son un conjunto de 60 molinos situados a desnivel en cascada, 36 en el río Folón y 24 en el Picón. Los molinos están rehabilitados y en algunos de ellos se puede ver parte de la maquinaria, las ruedas donde se molía el grano con la fuerza del agua, por ejemplo. Algunos de estos molinos harineros datan de principios del S. XVIII, el más antiguo es de 1702. Algunos conservan la inscripción grabada en piedra.
La ruta que los recorre es circular y de unos 3 kilómetros de longitud. La dificultad es media, lo más inaccesible es subir por las piedras-escalera de un molino a otro por lo que no es apto para todo el mundo.
Se puede iniciar la ruta en la caseta de información en la ladera del Folón o bien en el Restaurante Casa da Pintora subiendo por la ladera del Picón. Nosotros empezamos por el Folón donde se sitúan mayor número de muíños (molinos).
Como os decía antes, la subida se hace por las escaleras de piedra que suben de un molino a otro y a medio camino se encuentra una de las cascadas. Durante todo el camino puedes ver pequeñas pozas en las que mis perros disfrutaron dándose el primer baño del año. Las vistas al llegar a lo alto son increíbles, se puede ver el monte de Santa Tegra, los montes de A Groba, el valle de O Rosal, la desembocadura del río Miño y la frontera con Portugal. La bajada por la ladera del Picón es muy similar, aunque quizá sin tanta piedra sea más sencillo para descender ladera abajo. Eso sí, para mi gusto lucen más los molinos del Folón.
Es un paisaje espectacular para pasar una tarde caminando al aire libre, respirar y sentir la naturaleza, escuchar los pájaros y el ruido del agua cayendo en cascada. Incluso para relajarse leyendo un libro a la sombra de un árbol...
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P.D: Aquí os dejo el vídeo del chapuzón de Coco y Gordy (mis perros).
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